
“Hay quienes eligen devolver el daño. Y hay quienes, aún rotos, eligen tender la mano. No por quien hirió, sino por quienes aún pueden ser salvados.”
POSDATA Press| Argentina
No son un gasto: son memoria viva y trabajo silencioso
Los abuelos que aún sostienen el mundo Hoy quiero hablar de los abuelos. No desde la nostalgia ni desde el lugar común del “ya vivieron”, sino desde lo que siguen generando, desde lo que aún sostienen con su sola existencia.
Porque hay algo que me duele y me moviliza: el modo en que se los nombra. Se los considera un gasto, una carga, un cuerpo que espera. Pero ¿y si miramos más profundo? ¿Y si vemos lo que su presencia activa, incluso en la fragilidad?
Cuando un abuelo tiene internación domiciliaria, se pone en marcha una red de trabajo: enfermeros, médicos, kinesiólogos, terapistas, cuidadoras. Todos ellos cobran por su labor, y ese circuito existe porque ese abuelo está ahí, sosteniendo con su derecho y su historia una cadena de empleo y cuidado.
Y no termina ahí. Hay quienes fabrican los pañales, quienes los distribuyen, quienes los entregan en su casa. Hay quienes preparan sus medicamentos, quienes diseñan los insumos, quienes gestionan los turnos. Hay geriátricos que funcionan gracias a ellos, con personal que trabaja cada día por su bienestar.
Gracias por seguir generando, incluso en el silencio Entonces, ¿por qué seguir diciendo que “son un gasto”? ¿Por qué invisibilizar lo que generan?
Incluso en la vejez, incluso en el dolor, los abuelos siguen sosteniendo el mundo. Y lo hacen en silencio, sin pedir nada. A veces, ni siquiera reciben el abrazo que merecen. Hay hijos que los despojan, que se disputan sus bienes en vida, que los olvidan antes de que partan. Pero también hay quienes los honran, los cuidan, los celebran.
Simplemente, gracias Hoy quiero decirles: gracias. Gracias por su vida activa, por su legado, por seguir generando trabajo para los más jóvenes. Gracias por enseñarnos que el sacrificio no se mide en productividad, sino en presencia. Contar con ustedes es un privilegio. Simplemente, gracias.




