
POSDATA Press | Argentina
Entre juguetes y publicidades, cada agosto nos recuerda que existe una fecha dedicada a los niños. Pero ¿qué historia nos quiere hablar hoy desde esa celebración? ¿Qué sentidos se esconden detrás del envoltorio brillante?
El Día del Niño nació como una iniciativa internacional para visibilizar los derechos de la infancia. En 1924, Eglantyne Jebb, fundadora de Save the Children, impulsó la primera declaración de derechos del niño. Décadas después, la ONU recomendó a cada país establecer una jornada para promover el bienestar infantil. Argentina lo adoptó en 1960, y desde 2025 se celebra oficialmente el tercer domingo de agosto.
Pero más allá de la efeméride, ¿qué lugar ocupa la infancia en nuestras decisiones cotidianas, en nuestras políticas públicas, en nuestros afectos? ¿Qué impacto tiene esta fecha en los niños que no pueden jugar, que cuidan a sus hermanos, que sobreviven en contextos de precariedad?
La Cámara Argentina de la Industria del Juguete reconoce que esta fecha representa hasta el 60% de sus ventas anuales. Y aunque el consumo no es en sí mismo negativo, ¿no deberíamos preguntarnos si el regalo sustituye al vínculo, si el festejo tapa el silencio?
Hoy, más del 60% de los niños menores de 4 años en Argentina vive en condiciones vulnerables. La celebración puede ser un alivio simbólico, sí, pero también una oportunidad para interpelarnos: ¿qué infancia estamos construyendo?
El Día del Niño no debería ser solo una jornada de consumo, sino un espejo que nos devuelva la imagen de lo que aún falta. Porque detrás de cada juguete, hay una historia que merece ser escuchada. Y detrás de cada niño, una voz que aún espera ser reconocida.
Fuente:POSDATA Press


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